Cuando en un estanque lleno de agua se deja caer una piedra, se produce una perturbación en la superficie del líquido, generando ondas en formas de círculos. Al observar la propagación de estas ondas, se tiene la impresión de que el agua se mueve hacia la orilla. Esto no es así: en su avance las ondas no arrastran consigo el agua. Para comprobar lo anterior, basta con colocar una hoja u otro objeto flotante sobre el líquido. Podremos observar como sube y baja, pero sin moverse en la dirección de propagación. A este tipo de ondas se les llama ondas transversales. Este mismo comportamiento ondulatorio lo presenta el fenómeno de la luz, pero con la gran diferencia de que ésta no necesita un medio material para propagarse, como las ondas en el agua. Así como la luz puede viajar en el espacio vacio, como el existente entre el Sol y la Tierra, también lo puede hacer a través de sustancias sólidas, líquidas y gaseosas. Todo fenómeno ondulatorio presenta dos características fundamentales:...
https://youtu.be/Iklou-qXbto?t=2
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